Page 73 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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otros. En el torso de las jaibas o de los diminutos, en la

            repentina  transición  del  miembro  de  un  rehecho,  en

            muchas  otras  razas  y  especies  de  esta  ciudad,  e


            incontables  más  en  el  mundo,  que  viven  con  una

            fisonomía mestiza. Usted quizá diga que no reconoce

            transición alguna, que las khepri son completas en sí


            mismas,  que  ver  en  usted  rasgos  «humanos»  es  una

            idea antropocentrista. Pero, dejando de lado la ironía


            de  la  acusación,  una  ironía  que  usted  no  es  capaz

            siquiera de apreciar, sin duda reconocerá la transición

            en otras razas que la suya. Y, quizá, en el humano. ¿Y


            qué hay de la propia ciudad? Colgada allá donde dos

            ríos  pugnan  por  tornarse  mar,  donde  las  montañas


            devienen llanuras, donde los árboles se coagulan en el

            sur  para  que  la  cantidad  se  convierta  en  calidad  y

            forme un bosque. La arquitectura de Nueva Crobuzon


            se  mueve  desde  lo  industrial  a  lo  residencial,  a  lo

            opulento, al suburbio, a los bajos fondos, a lo aéreo, a

            lo moderno, a lo antiguo, a lo colorista, a lo monótono,


            a  lo  fecundo,  a  lo  yermo...  Ya  me  entiende.  No  es

            necesario  seguir.  Esto  es  lo  que  compone  el  mundo,

            señorita  Lin.  Creo  que  se  trata  de  una  dinámica


            fundamental. Transición. El punto en el que una cosa

            se torna otra. Es eso lo que la convierte a usted, a la


            ciudad, al mundo, en lo que son. Y es ese el tema en el

            que estoy interesado. La zona en la que lo dispar entra




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