Page 75 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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—Las persianas del despacho están bajadas, ¿no? —
preguntó el señor Motley—. Porque creo que debería
ver con lo que va a trabajar. Su mente es mía, Lin.
Ahora trabaja para mí.
El señor Motley se incorporó y empujó la pantalla
hasta derribarla.
Lin dio un respingo, con las antenas vibrando por el
asombro y el horror. Lo contempló.
Pedazos de piel, pelaje y plumas se agitaron al
moverse el ser; miembros diminutos se encogían
mientras los ojos giraban desde nichos oscuros; las
cornamentas y protuberancias óseas asomaban
precarias; los receptores sensoriales vibraban y las
bocas rezumaban; retales de pieles multicolores
colisionaban; un casco equino se arrastraba
suavemente sobre el suelo de madera; mareas de carne
rompían las unas contra las otras en violentas oleadas;
músculos animados por tendones y huesos alienígenos
colaboraban en una tregua inestable, con movimientos
lentos y tensos; las escamas resplandecían y las aletas
se estremecían; las alas batían rotas, y unas garras de
insecto se abrían y cerraban.
Lin retrocedió, trastabillando, tratando aterrada de
alejarse de aquel lento avance. Su cabeza quitinosa se
agitaba neurótica. Estaba bloqueada.
El señor Motley se acercó a ella como un cazador.
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