Page 81 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Abajo, las barcazas flotaban sin rumbo.

                Era difícil discernir emociones en la voz rasposa del

            garuda, pero Isaac creyó percibir disgusto.


                — Me he arrastrado como una sabandija de agujero

            en agujero durante dos semanas. He buscado diarios y

            rumores,  información,  y  me  ha  conducido  hasta  la


            Ciénaga Brock, y de ahí a ti. La pregunta que me ha

            traído aquí es: « ¿Quién puede cambiar las capacidades


            del  material?  ».  «  Grimnebulin,  Grimnebulin»,  dice

            todo el mundo. Me dicen: «Si tienes oro es tuyo, o si no

            tienes  oro  pero  le  interesas,  o  si  le  aburres  pero  te


            compadece,  o  si  se  encapricha».  Dicen  que  eres  un

            hombre  que  conoce  los  secretos  de  la  materia,


            Grimnebulin.  —Yagharek  lo  miraba  directamente—.

            Tengo algo de oro. Te interesaré. Compadécete de mí,

            suplico tu ayuda.


                — Dime qué necesitas.

                El garuda volvió a apartar la mirada.

                —Quizá  hayas  volado  en  un  globo,  Grimnebulin.


            Quizá  hayas  mirado  los  tejados,  la  tierra.  Yo  crecí

            cazando desde los cielos. Los garuda somos un pueblo

            cazador.  Llevamos  nuestros  arcos  y  lanzas  y  largos


            látigos, y surcamos el aire de los pájaros, el terreno de

            caza. Eso es lo que nos hace garudas. Mis pies no están


            hechos  para  caminar  por  vuestros  suelos,  sino  para

            cerrarse sobre cuerpos pequeños y destrozarlos. Para




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