Page 82 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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aferrarse a árboles secos, y a salientes rocosos entre la
tierra y el sol.
Hablaba como un poeta. Su vocalización era
horrenda, pero su lengua era la de las épicas y relatos
que había leído, la oratoria curiosa y elevada de alguien
que había aprendido una lengua a partir de libros
antiguos.
—El vuelo no es un lujo, sino lo que me hace un
garuda. Mi piel se echa a temblar cuando contemplo
los tejados que me constriñen. Quiero ver esta ciudad
desde los cielos antes de abandonarla, Grimnebulin.
Quiero volar no una vez, sino siempre que lo desee.
Quiero que me devuelvas el vuelo.
Yagharek se desabrochó la capa y la arrojó al suelo.
Observó a Isaac avergonzado y desafiante. El humano
sofocó un gemido.
Yagharek carecía de alas.
Atado alrededor de la espalda portaba un intrincado
armazón de puntales de madera y tiras de cuero que se
bambolearon torpes al girarse. Dos grandes planchas
labradas surgían de una especie de jubón de cuero bajo
sus hombros, sobresaliendo por encima de la cabeza,
donde se articulaban y bajaban hasta las rodillas,
imitando la estructura ósea de unas alas. No había ni
piel ni plumas, ni lienzo ni cuero entre ellas. No existía
sistema alguno para planear. No eran más que un
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