Page 88 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Isaac consiguió no lanzar una exclamación cuando la

            sopesó. Miró el interior, que contenía una capa tras otra

            de  oro  tamizado.  Era  indigno,  pero  se  sintió  casi


            hechizado. Aquello representaba más dinero del que

            nunca había visto reunido, el bastante para cubrir el

            coste de muchos experimentos y seguir viviendo bien


            durante meses.

                Yagharek  no  era  un  negociador,  eso  estaba  claro.


            Podía haberle ofrecido la tercera parte, la cuarta parte,

            y seguiría teniendo a sus pies a casi cualquiera en la

            Ciénaga  Brock.  Tendría  que  haber  guardado  una


            fracción, para usarla si el interés se desvanecía.

                Puede que ya lo haya hecho, pensó Isaac, abriendo aún


            más los ojos.

                —  ¿Cómo  puedo  contactar  contigo?  —dijo,  aún

            mirando el oro —. ¿Dónde vives?


                Yagharek sacudió la cabeza sin decir palabra.

                —Bueno,  tendré  que  poder  ponerme  en  contacto

            contigo...


                —Yo  vendré  a  ti  —replicó  el  garuda—.  Cada  día,

            cada dos días, cada semana... Me aseguraré de que no

            olvides mi caso.


                —Por eso no te preocupes, te lo aseguro. ¿Me estás

            diciendo en serio que no podré enviarte mensajes?


                —No sé dónde estaré, Grimnebulin. Aborrezco esta

            ciudad. Me acosa. Debo mantenerme en marcha.




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