Page 903 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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extrajo un globo grande y blando. Tenía un diámetro

            de  un  metro,  y  mientras  Isaac  parpadeaba  ante  los

            espejos para ver con mayor claridad, pensó reconocer


            la  textura  gruesa  y  mucosa,  el  color  grisáceo  de  la

            mierda onírica.

                Sus ojos se abrieron como platos.


                La  polilla  midió  el  objeto  con  las  patas  traseras,

            extendiéndolas para abarcar el grueso glóbulo de leche


            monstruosa. Eso debe de valer miles de..., pensó. No. Si se

            corta  para  hacerla  más  suave,  probablemente  haya  allí

            millones de guineas. No me extraña que todo el mundo esté


            intentando recuperar a esas malditas cosas...

                Entonces, frente a sus ojos, un trozo del abdomen de


            la  polilla  se  desplegó.  Apareció  una  larga  jeringa

            orgánica,  una  extrusión  segmentada  que  se  doblaba

            hacia atrás desde la cola del monstruo con una bisagra


            de quitina. Casi tenía la longitud del brazo de Isaac.

            Con la boca seca por la revulsión y el espanto, este vio

            cómo la polilla acercaba la cánula a la esfera de droga


            cruda y se detenía un instante antes de clavarla hasta

            el centro del cuajo pegajoso.

                Bajo la armadura abierta, donde se apreciaba la zona


            blanda del bajo vientre y de donde surgía la caña, Isaac

            vio que el abdomen de la criatura se convulsionaba con


            movimientos  peristálticos  e  inyectaba  algo  invisible

            por toda la cánula hasta el centro de la mierda onírica.




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