Page 990 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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avatar emitía un extraordinario hedor. Con el calor, su

            peculiar  tufo  a  muerte  se  tornaba  por  completo

            insoportable, y Derkhan contuvo la respiración tanto


            como  pudo,  inhalando  a  través  de  la  manga  de  su

            asquerosa camisa cuando no le quedaba más remedio.

                Mientras ella y el Consejo conferenciaban, el resto de


            los presentes mantenía una respetuosa distancia.

                —Esta  es  casi  la  totalidad  de  mi  congregación  de


            vidas con sangre —dijo el avatar—. Envié constructos

            móviles con mensajes urgentes y, como puedes ver, los

            fieles se han reunido —se detuvo y emitió un cloqueo


            inhumano—.  Debemos  proceder  —dijo—.  Son  las

            cinco y diecisiete minutos.


                Derkhan  levantó  la  mirada  hacia  el  cielo,  que  se

            oscurecía lentamente anticipando el anochecer. Estaba

            segura de que el reloj que utilizaba el Consejo, algún


            dispositivo enterrado profundamente en los intestinos

            del vertedero, era preciso al segundo.

                En respuesta a una orden del avatar, la congregación


            comenzó  a  abandonar  el  vertedero  con  paso

            tambaleante,                 doblándose                bajo         el      peso          que

            transportaba.  Antes  de  marcharse,  cada  uno  de  sus


            miembros, uno detrás de otro, se volvió hacia el lugar

            en el muro del vertedero en el que estaba escondido el


            Consejo de los Constructos. Se detuvieron un instante

            y  realizaron  con  las  manos  los  gestos  devotos,  ese




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