Page 985 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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preparado para pinzarlo con fuerza si el anciano daba
la menor señal de estar a punto de despertar. Isaac
murmuraba, un balbuceo seco lleno de juramentos que
sonaba como las divagaciones de cualquier borracho.
Formaba parte de su disfraz, al menos a medias.
También estaba tratando de reunir fuerzas.
—Vamos, cabrón —gruñó, tenso y con la voz muy
baja—, vamos, vamos. Cabrón. Gilipollas. Escoria.
Bastardo—no sabía a quién estaba insultando.
Isaac y Yagharek cruzaron el puente lentamente,
arrastrando a su compañero y su preciosa bolsa de
equipo. El tráfico de peatones se abría delante de ellos,
los dejaba pasar seguidos tan solo por mofas. No
podían dejar que el oprobio creciera y se tornara
confrontación. Si algunos matones aburridos decidían
pasar el rato acosando a unos vagabundos, para ellos
podía ser catastrófico.
Pero lograron atravesar el Puente Celosía, donde se
sentían aislados y a campo abierto, donde el sol parecía
grabar sus perfiles y señalarlos para un ataque, y se
perdieron en el interior de la Aduja. La ciudad pareció
envolverlos con sus labios y volvieron a sentirse a
salvo.
Allí había otros mendigos, caminando en medio de
los notables locales, los villanos con pendientes, los
gordos prestamistas y las señoras de labios apretados.
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