Page 166 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


               de vidrio. Pasó por una de ellas y se internó en


               la  oscuridad,  iluminándose  con  la  lámpara  del



               casco.


                  El techo no daba sensación de distancia, sino


               de  colores  dispuestos  al  azar,  que  cambiaban


               según  la  posición  del  observador.  La  estancia


               era muy amplia, tanto que el rayo de su luz se


               perdía  en  él.  Echó  una  mirada  a  otra  luz


               confusa:  los  indicadores  que  tenía  ante  la



               barbilla.


                  La  temperatura  era  de  veinte  grados


               centígrados.


                  —Aire acondicionado —dijo.


                  —Mejor.  Así  te  durarán  más  las  baterías  del


               traje.


                  —En este lugar podría haber cualquier cosa —


               comentó Corbell, hablando consigo mismo.


                  Abrió la placa frontal. No hacía calor. Olfateó



               el aire: un ligero olor a moho; eso era todo.


                  —Tengo  que  sacarme  este  traje.  Estoy


               cansado.


                  —Bebe jalea.


                  Corbell  se  echó  a  reír;  había  olvidado  la


               existencia de la espita. Chupó de ella hasta que


               sintió  el  estómago  menos  vacío.  Pirssa  tenía



               razón:  la  mitad  de  su  cansancio  se  debía  al


               hambre. Finalmente se quitó el resto del traje.

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