Page 169 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


                  Había mesas curvas aún flotantes y, en torno a


               ellas,  anillos  de  sofás  que  parecían  jorobas  en



               medio de la alfombra.


                  —¡Qué tontería! —dijo Corbell—. Pude haber


               dormido sobre un sofá.


                  Cargó  todo  su  peso  en  una  de  las  mesas


               flotantes,  empujando  hacia  abajo  con  las  dos


               manos,  y  logró  que  descendiera  un  par  de


               centímetros. En cuanto la soltó, la mesa volvió a



               subir bruscamente.


                  A  lo  largo  de  una  pared  había  una  hilera  de


               cabinas.  Corbell  se  acercó  a  ellas  para


               examinarlas.  La  alfombra  fluía  deliciosamente


               en torno a sus pies.


                  En  cada  cabina  aparecían  hileras  de  botones


               marcados con garabatos. Doce botones, con las


               ocho  marcas  que  ya  había  visto  y  cuatro


               símbolos nuevos. Oprimió un botón más grande



               que  los  otros  (¿sería  el  de  operadora?),  pero  no


               obtuvo  respuesta.  En  ese  momento  se  dio


               cuenta de que había una ranura.


                  Abrió  su  bolsa  de  herramientas  y  sacó  los


               objetos robados al coche accidentado. Un lápiz


               labial; no le serviría para nada. Un pañuelo; los


               colores  desvaídos  parecían  girar  en  torbellino



               en la tela. Envolturas de caramelos; el dulce se


               había  derretido  durante  aquellos  incontables

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