Page 203 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


                  Su defensa acabó en un aullido. Ella mantuvo


               el bastón contra él durante largo rato.



                  —Abre los ojos —le oyó decir Corbell.


                  No quería hacerlo.


                  —Usaré el bastón.


                  Los ojos de Corbell eran como puños cerrados;


               su rostro estaba contorsionado por el tormento.


                  —Un  hombre  congelado  es  un  cadáver


               conservado. No volverás a mentir, ¿verdad?



                  El meneó la cabeza, con los ojos aún cerrados.


               Entonces  recordó  lo  que  Pirssa  le  había  dicho


               sobre los fosfolípidos que rodeaban los nervios


               del cerebro. Se congelaban a 70º F, y ése era el


               fin  de  los  nervios.  Su  decisión  había  sido  un


               suicidio.  ¿Y  por  qué  no?  Pero  sería  imposible


               convencer a Mirelly‐Lyra.


                  —Permíteme  que  te  aclare  esto  —dijo  la


               Norn—. No te hablaré sobre la primera vez que



               me  sacaron  de  la  cárcel  de  tiempo  cero.  La


               segunda  vez  se  debió  a  que  el  generador  de


               tiempo cero había agotado su fuente de energía.


               Éramos más de mil; todos salimos súbitamente


               a un mundo calcinado, sin vida. El clima era lo


               bastante  caluroso  como  para  matarnos.  Y  la


               mayoría perecieron. La lluvia caía en torrentes,



               como una ducha, pero sin ella todos habríamos


               muerto. Muchos llegamos hasta aquí, donde los

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