Page 207 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
Había vuelto para morir en la Tierra. Pero eso
era mejor.
Ya tenía las manos libres. Se incorporó, pero
ella le indicó con la vara que volviera a
acostarse. Le hizo juntar las muñecas y se las ató
antes de soltarle los tobillos. La tela se adhirió a
sus brazos como si fuera un vendaje.
Las ventanas de imagen del dormitorio se
habían estirado antes de romperse. Los bordes
formaban hileras de dagas curvadas hacia el
exterior. Corbell siguió a Mirelly‐Lyra, pasando
cuidadosamente entre los puñales, para
hundirse en seguida en la maleza que le llegaba
hasta las rodillas.
Ella le indicó por señas que fuera hacia un
auto‐burbuja como el que había visto en Ciudad
Uno. A cada paso se alzaban grandes insectos
zumbadores. Fuera hacía aún más calor, pero al
menos había algo de brisa. El Sol se ponía en el
horizonte, enorme y rojo, lanzando largas
sombras borrosas. En el rojo cielo aparecía otro
círculo rojo difícil de mirar, más pequeño que el
Sol; debía ser Júpiter.
El coche parecía posado en las puntas mismas
de las hierbas. No se movió al subir Corbell.
Mirelly‐Lyra le indicó que se hiciera a un lado
(siempre con el bastón, ese bastón que era
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