Page 219 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


                  Corbell  apretó  frenéticamente  las  comas


               cruzadas.  Remordimiento,  terror,  culpa  y



               deseos  de  morir  cruzaron  rápidamente  su


               cerebro  y  desaparecieron.  También  la  luz.  En


               total  oscuridad,  se  lanzó  ciegamente  contra  la


               puerta y corrió hacia…


                  Corredores… corredores con paredes de color


               verde  pálido  y  techos  blancos  centelleantes.


               Puertas anchas sin picaporte, provistas sólo de



               pequeñas  placas  de  metal  dorado  que  podían


               ser  cerraduras  electromagnéticas.  Se  volvió


               hacia  la  izquierda,  hacia  la  derecha,  hacia  la


               izquierda. Se detuvo, de cara contra una pared,


               sorbiendo  el  aire.  La  fatiga  se  filtraba  por  sus


               piernas como un solvente ácido.


                  ¿Sabría  ella  cómo  rastrear  su  «llamada»?


               Imposible averiguarlo. Corrió.


                  Una puerta más ancha, al final del corredor, se



               abrió  para  dejar  al  descubierto  un  tramo  de


               escaleras.  Una  larga  sucesión  de  peldaños


               corrían             en         diagonal               entre           una          pared


               perpendicular  y  la  fachada  del  edificio,  de


               mosaicos  y  vidrio;  había  puertas  en  cada


               descansillo. Corbell se quedó paralizado por el


               terror. ¡Si ella estaba fuera, le vería!










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