Page 235 - Dimension De Milagros - Robert Sheckley
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particularmente  su  abrigo  Lakeland,  de  primera  línea,

          importado  de  Nueva  Zelanda,  hecho  en  un  suave  y

          suplecuero gamuzado con forro de piel, como el cuello y


          las  solapas.  Y  también  habría  tenido  que  desprenderse

          del resto de sus queridas cosas familiares.


                 —A veces las cosas salen mejor cuando uno cree que


          salen mal —se dijo Carmody.


                 —¿Te parece? ¿De qué diablos estás hablando? —se

          contestó a sí mismo.


                 —¡Oh, Dios! —exclamó Carmody para sí.


                 —¡Claro! —el ʹyoʹ de Carmody contestó a Carmody—


          . Te aclimatizaste demasiado rápido, ¿no es cierto?


                 Los  dos  Carmodys  se  miraron,  hicieron  una

          comparación de notas para llegar ambos, urgentemente,


          a la misma conclusión: UNIRSE.


                 —¡Seethwright! ¡Sácame de aquí! —gritó Carmody.


                 Y  ese  hombre  constante  que  era  Seethwright,  hizo

          precisamente eso.






                                          Capítulo veintisiete


                 Mientras  caminaba,  Carmody  miró,  y  al  mirar,


          observó todo. Le pareció que era el lugar que debía ser. A

          su  derecha  estaba  el  Teatro  Maplewood,  que  ese  día


          exhibía La Saga de Elefantina, una película de aventuras


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