Page 233 - Dimension De Milagros - Robert Sheckley
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Carmody se dispuso a esperar. Tenía las mandíbulas
firmes, los labios apretados, y le habían aparecido tres
líneas verticales entre los ojos. Hizo un esfuerzo por
mantenerse calmo.
Ubermann no tardaría en llegar. Cuando eso
sucediera, le diría:
ʺSeñor Ubermann: puede despedirme por lo que voy
a decirle, pero usted tiene mal aliento (haría una pausa).
Mal aliento.ʺ
Al pensarlo parecía tan simple, pero ¡qué difícil sería
concretarlo! Sin embargo, un hombre debía ponerse de
pie, luchar por la limpieza en todas sus extensiones, y
luchar por avanzar. Carmody sabía que los ojos de los
Fabricantes, esas figuras semi—legendarias, estaban
puestos en él. Si lo encontraban digno de atención...
—Buenos días, Carmody —dijo Ubermann, entrando
en la habitación a largos pasos; era un hermoso hombre,
con rostro de halcón. Tenía las sienes salpicadas de gris,
una marca de distinción. Sus gafas con armazón de carey
eran unos buenos tres centímetros más anchas que las de
él. —Señor Ubermann —empezó Carmody, con voz
temblorosa—, usted me puede hacer despedir por esto...
—Carmody —dijo el jefe, cuya voz de diafragma
cortó el débil tono de pecho de su empleado, como una
hoja de afeitar Tersonnaʹ de acero quirúrgico corta algo
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