Page 232 - Dimension De Milagros - Robert Sheckley
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Pero lo dijo sin ganas, aunque Helen había sido muy
dulce al darle la idea para rematar con el slogan. Bien
sabía que no había mujer capaz de dar a su marido
bastante material publicitario como para hacer una buena
diferencia en su producción. Si uno deseaba realmente
progresar en la Tasación de Consumidores, si uno
deseaba ser merecedor de las cosas que importaban en la
vida (un chalet tipo suizo escondido en la soledad, sin
molestias de Maine, por ejemplo; o un Porsche 911S, que
hacía sentir a la gente que lo compraba como de una raza
aparte, o un Ampex para aquellos que sólo se satisfacen
con lo mejor...), bueno, si uno deseaba todo eso, debía
demostrar que lo merecía... El dinero no era bastante, la
posición tampoco, la perseverancia concentrada en un
solo propósito no era suficiente. Uno debía demostrar que
realmente pertenecía a esa Raza Aparte destinada a
poseer esas cosas. Y para ganarlo todo, era preciso
arriesgarlo todo.
—¡Caray! —se dijo Carmody, golpeando la palma de
su mano izquierda con el puño de la derecha—. Dije que
iba a hacerlo, y no me echaré atrás.
Avanzó decidido hasta la puerta del despacho de su
jefe, el señor Ubermann, y la abrió con audacia.
La oficina estaba vacía. El señor Ubermann no había
llegado todavía.
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