Page 1023 - Kraken - China Mieville
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—Está demasiado lejos… Baron, puede
mandarle un mensaje a… Tiene que enviar a
alguien…
—Cállese o lo rocío con gas pimienta —dijo
Baron—. Ya estoy harto.
—Jefe, cierre la boca —dijo Collingswood.
Sacudió la cabeza. Señaló, y Baron la miró
pasmado por la ofensa, incapaz, de repente, de
hablar—. ¿Qué decías, Harrow?
Algo nuevo había surgido cuando los
londromantes se enteraron de los planes de
Grisamentum, cuando Al Adler había complacido
a las tradiciones y el respeto, su jefe le había
enseñado y había optado por una lectura
supuestamente inútil. Lo nuevo había ganado
fuerza en sí mismo cuando se llevaron al kraken, y
las alternativas se habían reducido. Pero fue
después de eso cuando los ángeles de la memoria
habían salido a buscarlo, cuando su sensibilidad,
su metaindividualidad, se había vuelto lo
suficientemente grande.
—¿Por qué no está aquí el ángel de la memoria?
—dijo Billy—. Se supone que es mi ángel de la
guarda, ¿no? Quiere protegerme, ¿verdad?, e
imponerse a esta condenada profecía, ¿no?
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