Page 1045 - Kraken - China Mieville
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En un lugar tranquilo, junto a las vías del
ferrocarril en una hendidura de la ciudad, estatuas
desechadas ribeteaban los puntales. En un
prolongado momento de sensiblería urbana,
suponían una línea de retirada para recuerdos que
habían dejado de ser venerados y deseados. En
ellas dormía Wati. Solo sus amigos lo sabían.
Había salido sigilosamente del crucifijo de
Marge tras el final de la incierta catástrofe que no
había sucedido. Dormía como alguien derrotado.
Londres había sido salvado de cualquiera que
fuera el peligro del que él había ayudado a
salvarla, si es que llegó a producirse tal cosa, pero
su sindicato había perdido la batalla, y los nuevos
contratos eran punitivos, feudales. Billy se
alegraba por él, porque Wati pudiera dormir
mientras se daba lo peor de aquel asunto, aunque
se vilipendiara por ello cuando despertara, y
quisiera retomar la tarea de volver a organizar el
movimiento.
—¿Estás triste? —dijo Saira.
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