Page 326 - Kraken - China Mieville
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potenciado  por  algún  error  de  fabricación,


             desconcertados  ante  su  capacidad  de  elección



             sobre  su  lealtad.  Los  muertos  estaban  aterrados,


             acurrucados entre los juncos cenicientos del río de


             la  muerte.  Dioses  supervisores  llegaron  a  toda


             prisa  desde  su  propio  tiempo  para  exigir  orden,


             horripilados  por  el  caos que  reinaba en aquellas


             gélidas tierras agrícolas.




                    Fue una guerra brutal entre espíritus humanos


             y cuasi almas, confeccionadas a base de ira. Shabtis


             matando a shabtis, matando a los ya muertos, en



             heréticos  actos  de  metaasesinato,  enviando  las


             almas espantadas de los difuntos a un más allá aún


             más lejano, del cual nunca nada se ha sabido.




                    Los campos estaban plagados de cadáveres y


             almas. Los shabtis fueron masacrados a cientos, a


             manos de los dioses, pero también ellos mataron


             dioses. «Los rasgos toscos de camaradas que nadie


             se había tomado la molestia de tallar con precisión,


             esbozando sus propias expresiones a partir de las


             impresiones  indefinidas  de  las  que  se  les  había



             proveído,  tomando  sus  hachas  y  arados,  y  las


             putas cestas que portaban desde que los crearan,


             en tropel sobre cuerpos grandes como montañas,


             con  cabezas  de  chacal  que  aullaban  y  se  los


             comían,  y  sin  embargo  abrumados  por  nuestra


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