Page 327 - Kraken - China Mieville
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fuerza y por las hojas de nuestras estúpidas armas,


             y cayendo muertos».




                    Wati  y  sus  camaradas  ganaron.  Te  puedes


             imaginar el cambio que eso significó.




                    Debió  de  ser  un  duro  golpe  para  las



             generaciones  venideras  de  muertos  egipcios  de


             alcurnia.  Despertarse  en  un  extraño  inframundo


             nebuloso transmitía un mensaje escandalosamente


             erróneo.  Los  rituales  de  jerarquía  póstuma  a  los


             que  sus  cadáveres  habían  sido  píamente


             sometidos                  resultaron                ser         una           anticuada


             pantomima  derrocada.  Ellos,  y  las  familias



             formadas  por  estatuas  de  espíritus  trabajadores


             que  se  habían  hecho  fabricar  para  que  los


             acompañaran,  se  topaban  con  los  irrespetuosos


             representantes  de  la  nueva  nación  shabti.  Sus


             propias figurillas eran reclutadas sin demora para


             el  gobierno  de  aquella  tierra  tenebrosa.  A  los


             humanos muertos se les decía: «Si trabajas, podrás


             comer».




                    Pasan  los  siglos  y  los  sistemas  sociales,  y  la


             migración hacia esa tierra del más allá se ralentiza,


             y cesa, y poco a poco y sin más protesta, los shabtis



             y aquellas almas humanas que habían construido


             su  paz  con  la  tosca  democracia  de  los  granjeros




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