Page 328 - Kraken - China Mieville
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shabtis de la tierra de los muertos se esfuman,
desaparecen, pasan, dejan de ser, terminan, ya no
están allí. No hay demasiada tristeza. Es historia,
eso es todo.
Wati no se traga nada de eso.
«Aquí estoy. No lo haré».
Él también se movió, por fin, pero no se fue
más lejos, ni tampoco a la oscuridad ni a la luz,
sino que se desplazó a los lados, cruzando las
fronteras entre mundos de creencias.
Un viaje épico, aquella curiosa travesía por los
más allás foráneos. Siempre hacia la fuente del río
o al inicio de la carretera. Subiendo a nado por
Murimuria, pasando por las cavernas de Naraka y
la sombra de Yomi, cruzando los ríos Tuoni y Styx
«regresando desde la otra orilla», para
consternación del barquero, a través de un
caleidoscópico revuelo de tierras, cruzándose con
psicopompos de todas las tradiciones, que tenían
que pararse con los nuevos muertos a los que
escoltaban, para susurrarle a Wati: «Vas en sentido
contrario».
Norteños con pieles de oso, mujeres de sari y
kimono, trajes de fiesta funerarios, mercenarios en
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