Page 795 - Kraken - China Mieville
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El hombre que había junto a la agente la miró
estupefacto. Ella no lo miró a él.
—Jefe —dijo, como hablándole al aire—… No,
qué va, jefe, ni rastro de ellos, pero estoy bastante
segura de a quién acabo de ver. ¿Recuerda el
interés del amorcito de Leon? Ha aparecido…
¿Qué coño voy a saber yo?… Bueno, pues es culpa
suya, joder, ¿no?
Pero mientras decía esto último estaba
suspirando, poniéndose con cierta dificultad su
chaqueta de paisano y abriendo la puerta.
Señaló a su acompañante provisional.
—Quédate —le dijo—. Perrito bueno.
Desapareció, levantándose el cuello, y su
compañero la oyó farfullar mientras que acercaba
a la mujer de aspecto nervioso.
También Wati podría haberse acercado, de no
haber sido por los que empezaron a llegar. Por fin,
tarde, cruzando la maleza a grandes zancadas,
vestidos con monos amarillos y acarreando su
equipamiento, mirando en todas direcciones con
actitud beligerante, apareció un grupo de hombres
con la cabeza rapada.
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