Page 697 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
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alejarse, pero tropezó casi de inmediato, y su
siguiente paso fue claramente menos ambicioso,
un cuidadoso arrastrar de pies apoyándose en su
bastón—. Nunca envejezcas —murmuró—.
Nunca envejezcas y luego entres en suspensión.
Soñarás sueños jóvenes. Olvidarás lo que te
espera al volver. Una jodida decepción, créeme.
—No se sueña en suspensión —la corrigió
Holsten.
—Mírate, el jodido experto. —Lo contempló con
el ceño fruncido—. ¿O es que ahora no puedo
decir tacos? Supongo que esperas que mantenga
un cierto decoro. —Tras su altanería había una
terrible desesperación: era una mujer que
siempre había sido capaz de imponer físicamente
su voluntad sobre el mundo, y ahora debía
solicitar su permiso, y el permiso de su propio
cuerpo.
Holsten la puso al día de lo sucedido en el camino
de regreso para reunirse con Karst. Pudo ver
cómo ella colocaba cada pieza en su sitio con
determinación, y no pasó mucho hasta que lo
detuvo y le pidió una aclaración.
—Estas transmisiones —lo apremió—.
¿Suponemos que vienen directamente del
planeta, entonces?
—No tengo ni idea. Eso… Eso explica por qué la
mayor parte es completamente incomprensible,
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