Page 693 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
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Holsten  alzó  las  manos  en  un  gesto  de


              apaciguamiento.



              —Lo  siento.  ¿Has  hablado  de  esto  con  Karst?


              Quiero  decir  que  él  depende  de  vosotros.

              Podríais… plantear vuestras exigencias.



              La mirada de Alpash era de incredulidad.



              —¿En este momento? ¿Con el futuro de nuestro


              hogar,  tanto  el  viejo  como  el  nuevo,  en  la

              balanza?  ¿Crees  que  este  es  un  buen  momento


              para que empecemos a discutir entre nosotros?



              Durante  un  momento  Holsten  se  quedó


              observando al joven como si perteneciese a una

              especie  de  homínido  completamente  nueva,


              separada  de  él  por  un  gigantesco  abismo


              cognitivo.  La  sensación  se  disipó,  y  Holsten  se


              estremeció.


              —Lain os dotó de buenas leyes —murmuró.



              —Gracias. —Al parecer, Alpash tomó esto como


              una vindicación de toda su cultura… fuera lo que

              fuera lo que se había desarrollado en esa peculiar


              sociedad  claustrofóbica—.  Y  ahora  por  fin  la


              conoceré, aquí al final de todas las cosas.



              Entraron  en  un  espacio  abierto  que  Holsten

              reconoció súbitamente, pues el recuerdo lo asaltó


              a medio camino, mirando el estrado elevado en


              un extremo de donde todavía surgían tocones de


              maquinaria  quebrada.  Allí  era  donde  Guyen

              había  intentado  alcanzar  la  eternidad.  Allí  los





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