Page 327 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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—¿Cómo  lo  has  adivinado,  compañero?  Rick,


           exacto.



           Ettil suspiró y rió, rió. Extendió la mano.



           —¿Así que usted es Rick? ¡Rick!



           —¿Dónde está el chiste? Deja que el viejo lo sepa.


           —No lo entendería… Una broma de familia. ¡Ja, ja!


           —Las lágrimas corrieron por las mejillas de Ettil y


           le  llegaron a la  boca. Golpeó  la mesa,  una y  otra


           vez—. Así que usted es Rick. Oh, qué sorpresa, qué


           divertido. Nada de músculos prominentes, nada de

           fuertes mandíbulas, nada de revólveres. ¡Sólo una


           cartera  llena  de  dinero  y  unos  anillos  de


           esmeraldas, y una enorme barriga!



           —Eh, cuidado con lo que dices. No soy, quizá, un

           Apolo, pero…



           —Deme la mano, Rick. ¡Deseaba tanto conocerlo!


           Usted  conquistará  Marte.  Armado  de  cocteleras,


           arcos  plantares,  fichas  de  poker,  bolsas  de  goma,


           gorras cuadriculadas y botellas de ron.


           —Soy sólo un humilde hombre de negocios —dijo


           Van Plank bajando modestamente los ojos—. Hago


           mi trabajo y saco mis bocaditos. Eso es todo. Pero,


           como te decía, Marte será un gran mercado para los

           juegos automáticos y las historietas de Dick Tracy.


           Campo virgen. ¿Nunca habéis visto una historieta,


           eh?  ¡Muy  bien!  Os  meteremos  por  los  ojos  unas


           cuantas cosas a los marcianos. ¡Os vais a pelear por






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