Page 45 - El Horror De Dunwich - H P Lovecraft
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día de mayo y de Todos los Santos; en 1926, la pobre


              criatura  confesó  a  Mamie  Bishop  que  su  hijo  le


              provocaba miedo.




                     —Hay  muchas  cosas  acerca  de  él  que  podría


              contarte, Mamie —exclamó—, y hoy en día ignoro



              más de lo que sé. Juro por Dios que no sé lo que


              trata de hacer.




                     En la víspera de Todos los Santos de aquel año,


              los ruidos de las colinas sonaron más fuertes que


              nunca  y  el  fuego  ardió  en  Sentinel  Hill  como  de


              costumbre; pero la gente prestó más atención a los


              graznidos de la inmensa bandada de chotacabras,


              inusualmente tardías para esa época, que parecían


              haberse reunido cerca de la sombría granja de los



              Whateley.  Pasada  la  medianoche,  sus  gritos


              estridentes  rompieron  en  una  barahúnda  que


              colmó la zona hasta aquietarse finalmente al alba.


              Luego desaparecieron, apresurándose hacia el sur


              con  todo  un  mes  de  retraso.  Nadie  pudo  estar


              seguro  hasta  más  tarde  de  qué  significaba  esto.


              Ningún lugareño parecía haber muerto… pero la


              pobre Lavinia Whateley, la albina medio deforme,


              nunca más fue vista.




                     En  el  verano  de  1927,  Wilbur  reparó  dos









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