Page 40 - El Horror De Dunwich - H P Lovecraft
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daban toda la impresión de madurez, comenzó una
segunda etapa de obras de carpintería en la vieja
casa. Se llevó a cabo en la clausurada planta
superior y, a partir de los trozos de madera
descartada, la gente concluyó que el joven y el
abuelo habían derribado todos los tabiques e
incluso eliminado el suelo del ático, dejando sólo
un enorme espacio vacío entre la planta baja y el
tejado. También habían derribado la gran chimenea
central y equiparon el herrumbroso espacio con
una precaria cañería externa de latón.
En la primavera siguiente, el viejo Whateley
advirtió un número creciente de chotacabras que
salían del barranco de Cold Spring para acudir a
gorjear bajo su ventana durante la noche. Parecía
concederle al hecho una gran significación y un día
les dijo a los clientes del Osborn que creía que le
había llegado la hora.
—Ahora chillan al ritmo de mi respiración —
dijo—, supongo que se están preparando para
atrapar mi alma. Saben que pronto va a partir y no
quieren perdérsela. Cuando me vaya, muchachos,
sabrán si lo lograron o no. Si lo hacen, seguirán
cantando y riendo hasta que rompa el día. Si no, se
irán tranquilizando. Las estoy esperando, a ellas y
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