Page 133 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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respirar. La máscara se le pegaba a la cara cuando
inhalaba y se movía cuando exhalaba.
—Mantenla puesta —dijo Harv—. Te protegerá
del toner.
—¿Qué es el tóner? —murmuró. Las palabras no
atravesaron la máscara, pero Harv lo supo por sus
ojos.
—Bichos —dijo—, o al menos eso dicen en el
Circo de Pulgas —cogió una de las cosas negras
que había sacado de la máscara y la pinchó con los
dedos. Una nube cenicienta salió de ella, como
una gota de tinta en un vaso de agua, y colgó
girando en el aire, sin subir ni bajar. Chispazos de
luz brillaron en medio de ella como polvo de
hadas—. Ves, hay bichos alrededor, todo el
tiempo. Usan los fogonazos para hablar unos con
otros —le explicó Harv—. Están en el aire, en la
comida y en el agua, por todas partes. Hay reglas
que se supone los bichos deben respetar, y esas
reglas se llaman protocolos. Y hay un Protocolo
muy antiguo que dice que se supone que deben
ser buenos con tus pulmones. Se supone que
deben romperse en trozos inocuos si los respiras
—Harv hizo una pausa al llegar a este punto,
teatralmente, para conjurar más flema negra, que
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