Page 155 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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falsificador  motivado  podía,  con  ingenio  y


              paciencia, montar una Fuente capaz de enviar un


              conjunto de bloques de construcción simples en


              el  rango  de  los  diez  a  los  cien  daltons.  Había


              mucha  gente  así  en  Shanghai,  algunos  más


              pacientes e ingeniosos que otros.








                        Hackworth en el establecimiento del Doctor X





                  El filo del escalpelo tenía exactamente un átomo


              de  espesor;  laminaba  la  piel  de  la  palma  de


              Hackworth como un avión corta el aire. Sacó una


              tira del tamaño de la cabeza de un clavo y se la


              entregó al Doctor X, que la cogió con palillos de


              marfil, la bañó en un tazón de esmalte lleno de


              secante químico, y la colocó en un pequeño trozo


              de diamante sólido.








                  El  verdadero  nombre  del  Doctor  X  era  una


              secuencia de sonidos apagados, rugidos metálicos


              incorpóreos,                           vocales                       ultraterrenales


              cuasigermánicas                       y       erres          medio             tragadas,


              invariablemente deformado por los occidentales.


              Posiblemente  por  razones  políticas,  había


              preferido no escoger un falso nombre occidental


              como muchos asiáticos, sugiriendo en su lugar, de






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