Page 168 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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frecuentemente de paredes de estuco. De las
ventanas en el segundo piso barras de hierro salían
proyectadas para colgar la ropa, por lo que en las
estrechas calles parecía que los edificios luchaban
unos contra otros. Aquel vecindario estaba cerca de
la antigua muralla de la ciudad, construida para
mantener fuera a los adquisitivos ronin japoneses,
y que había sido derribada y convertida en una
carretera de circunvalación.
Era parte del Reino Exterior, lo que quería decir
que los diablos extranjeros estaban permitidos,
mientras los escoltasen chinos. Más allá, más en el
interior del viejo vecindario, supuestamente había
un trozo del Reino Medio —el Reino Celeste, o R.C.
como les gustaba llamarlo— donde no se permitía
la presencia de ningún extranjero.
Un asistente llevó a Hackworth hasta la frontera,
donde pasó a la República Costera de China, un
país completamente diferente que incluía, entre
otras cosas, virtualmente todo Shanghai. Como
para demostrarlo, los jóvenes ocupaban las
esquinas vestidos con ropas occidentales,
escuchando música a alto volumen, piropeando a
las mujeres y generalmente ignorando sus deberes
filiales.
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