Page 228 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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el tiempo. Por tanto, es importante no permitir que


              el libro caiga en manos de otra niña pequeña hasta


              que Elizabeth tenga la oportunidad de abrirlo.





                 ‐—Entendido —dijo lord Alexander Chung‐Sik


              Finkle‐McGraw—. Lo envolveré ahora mismo con


              mis propias manos. Compilé un bonito papel de


              regalo  esta  mañana  —abrió  un  cajón  y  sacó  un


              rollo de un grueso y brillante papel mediatrónico


              que  exhibía  una  escena  animada  de  Navidad:


              Santa bajando por la chimenea, el reno balístico y


              los tres soberanos zoroastrianos desmontando de


              sus dromedarios frente a un establo. Hubo calma


              mientras  Hackworth  y  Fmkle‐McGraw  con‐


              templaban la pequeña escena; uno de los peligros


              de vivir en un mundo lleno de mediatrones era


              que  las  conversaciones  siempre  quedaban


              interrumpidas de esa forma, lo que explicaba por


              qué los atlantes intentaban mantener al mínimo


              las aplicaciones mediatrónicas. Al entrar en casa


              de  un  tete,  todo  objeto  tiene  imágenes  en


              movimiento, todos se sientan con la boca abierta,


              como los ojos fuera de las órbitas ante las figuras


              indecentes del papel higiénico mediatrónico o los


              elfos de grandes ojos que jugaban al pillapilla en el


              espejo del baño...









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