Page 24 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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que  estaba  abierto  al  público.  Turistas,  pensio‐


               nistas  en  aerobicicletas,  y  filas  de  escolares


               uniformados marchaban por el interior un año sí


               y otro también, mirando a través de paredes de


               vidrio (en realidad diamante sólido, que era más


               barato)  a  las  distintas  fases  de  la  línea  de


               desensamblado  molecular  que  era  Fuente


               Victoria.  Aire  sucio  y  agua  sucia  entraban  y  se


               acumulaban  en  los  tanques.  Al  lado  de  cada


               tanque  había  otro  tanque  que  contenía  agua  o


               aire  ligeramente  más  limpios.  Se  repetía  varias


               docenas  dé  veces.  Los  tanques  al  final  estaban


               llenos de nitrógeno perfectamente limpio y agua


               perfectamente limpia.





                  A la sucesión de tanques se la llamaba cascada,


               un  fragmento  de  capricho  ingenieril  que  se


               perdía para los turistas que no encontraban nada


               digno  de  fotografiar  allí.  Toda  la  acción  tenía


               lugar en las paredes que separaban los tanques,


               que no eran paredes en realidad sino una malla


               casi  infinita  de  ruedas  submicroscópicas,


               siempre en rotación y con muchas puntas. Cada


               punta  atrapaba  una  molécula  de  agua  o


               nitrógeno en el lado sucio y la soltaba después de


               girar en el lado limpio. No atrapaban nada que


               no fuese nitrógeno o agua, por lo que los otros


               elementos  no  pasaban.  Había  también  ruedas


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