Page 360 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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caba perezosamente el cogote con la mano libre,
Sean descendió por la rampa y se alejó en dirección
al Jardín.
Pocos años después (en la medida en que uno
conservase la noción del paso de los años), Sean
volvió a pasar por el prado en donde había aterri‐
zado la Schiaparelli, y se detuvo a echar un vistazo.
No se veía allí ningún artefacto de brillante
acero, ni tampoco un fuselaje oxidado. En su lugar
se alzaba en el centro del prado una poderosa torre
azul, formada por la fusión de seis columnas hexa‐
gonales de mármol, a las que tal vez servía de nú‐
cleo central otra columna; o quizás ese núcleo fuese
un hueco hexagonal que estaría recorrido por una
escalera interior de caracol; en todo caso, al menos
habría una columna hueca. En lo alto, una plata‐
forma desprovista de barandilla rodeaba la torre, y
en ella, dos figuras realizaban acrobacias. La una
era blanca y la otra negra. En sus ejercicios gimnás‐
ticos no hadan ningún caso de la enorme altura. Un
poco más arriba, las columnas se tornaban más
delgadas en un obelisco rematado por un rombo, a
manera de punta de arpón. Sean entrecerró los ojos
y pudo confirmar lo que, espectralmente, había in‐
tuido ya, Los dos acróbatas eran Muthoni Muthiga
y Austin Faraday.
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