Page 365 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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estratos psíquicos que la erosión del tiempo volverá a ex‐
poner, exigiendo una reintegración. Athlon comprende
(al menos, ocasionalmente) que su hipersentido, desarro‐
llado en el Infierno, está aliado con la percepción inme‐
diata del cerebro primitivo, que ahora debe integrarse
con la razón neocortical.
—Estoy de acuerdo en que la visión de Knossos es
más excitante.
—¡Y la más incierta! Aunque sólo en un grado de
incertidumbre. Todo lo que sabemos de sus verdaderos
procesos «inconscientes» es lo que ellos mismos lograron
describir enciclopédicamente..., o lo que simbolizaron en
las «obras de arte» que transmitieron. Ítem, el concepto
de una metaentidad conductora, de una «deidad», es de‐
ficiente. Nosotros somos ya metaentidades idóneas.
Nuestros elementales que están desempeñando los pape‐
les de «deidad» y «antideidad» se sienten a disgusto.
—¡Tú eres el que siente angustia por la arbitrarie‐
dad de nuestro origen, oh elemental! ¿Quiénes somos
nosotros para alabarnos? Si el sentido de la «deidad»
arraigó tan hondo en la evolución natural de la mente
«humana», es posible que refleje correctamente un aspec‐
to de la realidad. No podemos dejar de tenerlo en cuenta.
—¡Pues yo digo que hay angustia en la proyección!
—¿Te refieres al Infierno? Indudablemente, hay
una vena de masoquismo en su sistema de gratificación
de la curiosidad. Sus cerebros funcionan según los prin‐
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