Page 36 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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—¿Has aceptado? — preguntó el chico por mos‐

              trarse cortés.

                   —¡No!  Es  decir,  todavía  no.  Creo  que  recibiré


              otras invitaciones más interesantes.

                   Pensó  Alan:  «Te  conozco,  bacalao.  Tú  buscas

              que te invite.»


                   El muchacho volvió a ponerse cómodo en la silla

              y fue cerrando los ojos poquito a poco.


                   —Que tengas buena suerte, Judy.

                   La flaca muchacha se quedó boquiabierta al oír

              esto.


                   —¡Tú eres otro antipático!

                   —Lo sé —confesó Alan, sin alterarse—. Soy algo


              horrible. En realidad soy un vil gusano de los que

              se  arrastran  por  el  fango  de  Neptuno.  Estoy  aquí

              disfrazado  para  destruir  la  Tierra.  Y  si  revelas  mi


              secreto, te como viva.

                   Judy no hizo caso de aquel exabrupto. Movió la

              cabeza y preguntó en son de queja:


                   —¿Es que tengo obligación de ir siempre al baile

              con Roger Bond? Bueno, perdona…

                   Después de decir esto, se retiró.


                   Alan la siguió con la vista mientras atravesaba el

              Salón de Recreo y hasta que dejó a sus espaldas la


              puerta de salida. Era tonta, pero había dado en el

              clavo al referirse al problema que planteaba la vida



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