Page 41 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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de gas de la propulsión. La dorada armazón
descansaba sobre la cola.
—Firme para ti, quizá —replicó Rata—. Para mí,
que voy en tu hombro, se balancea más que la nave.
El capitán Donnell tocó el pito, se llevó luego las
manos a la boca y gritó;
—¡Ya están aquí los helicópteros!
Alan se puso a mirar la escuadrilla de helicóp‐
teros pintados de gris, que descendían con los roto‐
res girando cada vez más lentamente. El chico echó
a andar con sus demás compañeros. Los helicópte‐
ros los transportarían desde el campo de aterrizaje
del astropuerto al Recinto, donde pasarían seis días.
El capitán vigilaba cómo entraban los hombres
en los helicópteros. Alan se acercó a su padre.
—¿En cuál vas tú, hijo?
—Me han mandado que vaya en el número uno.
—He dado contraorden.
El capitán, luego de decir esto, se volvió hacia
los tripulantes y dijo:
—No os paréis. Ocupad el helicóptero número
uno.
Los hombres obedecieron.
—¿Está lleno ya? — preguntó el capitán.
Contestaron afirmativamente. El aparato empe‐
zó a gruñir y los rotores a girar; se elevó, se man‐
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