Page 38 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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billones de almas. Los moradores de la Valhalla no
eran más que 176.
Alan conocía a los 176, y todos eran para él
como de su familia; y lo eran, hasta cierto punto. En
ninguno de ellos había nada que fuese misterioso o
nuevo.
Y lo que buscaba Steve era la novedad. Huyó de
allí en pos de ella. Alan volvió a pensar que con el
perfeccionamiento de la hiperpropulsión todo se
arreglaría si…
No le gustaba nada tener que hacer cuarentena.
Los moradores de las estrellas sólo podían
quedarse en la Tierra muy poco tiempo. Pero en el
Recinto tenían ocasión de comunicarse con los
tripulantes de otras naves, de ver caras nuevas, de
hablar de cómo era la vida en los astros en que ellos
habitaban. Casi era un crimen privarles de esas
horas de bienestar.
Al levantarse de la silla neumática el joven
pensó que, después de aquello, lo mejor era el baile;
aunque había una gran distancia entre ambas cosas.
Paseó la mirada por el Salón de Recreo y lo que
vio le hizo decir para su capote:
—En nombrando al ruin de Roma…
Allí estaba Roger Bond, descansando también,
bajo una lámpara radiotérmica. Alan se acercó a él.
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