Page 43 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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—Sí, papá; lo sé.
Al cabo de un rato el capitán Donnell preguntó,
burlón:
—¿No has renunciado todavía a la idea de des‐
cubrir la hiperpropulsión? Sé que sigues leyendo el
libro de Cavour.
—Tú sabes que no, padre. Tengo la certeza de
que Cavour lo consiguió, antes de desaparecer. Si se
llegase a encontrar su cuaderno de apuntes, o una
carta que nos pusiera sobre la buena pista…
—Han pasado mil trescientos años desde su
desaparición, Alan. Si en todo ese tiempo no se han
encontrado documentos suyos, ya nunca se encon‐
trarán. Pero supongo que tú no cejarás en tu
empeño.
El capitán dio inclinación lateral al helicóptero,
los rotores se pusieron a girar y el aparato empezó a
descender suavemente en dirección al lejano campo
de aterrizaje.
Alan miró hacia abajo, el grupo de edificios que
empezaba a hacerse visible. Se diría que el Recinto
que allí tenían los moradores de las estrellas era
como un paño acolchado hecho de edificios
anticuados y viejos y chapuceramente construidos.
Le causaban sorpresa a Alan las palabras de su
progenitor. El capitán nunca había mostrado interés
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