Page 68 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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pasaban por tales puentes.
Las calles estaban concurridas. Por ellas pasa‐
ban, andando muy de prisa y con cara seria, los
ciudadanos. Alan estaba acostumbrado a la vida
ordenada y pacífica de la astronave y le hacían poca
gracia los empujones que le daban los transeúntes.
A Alan le sorprendió ver tantos vendedores
ambulantes que andaban detrás de unos vehículos
de propulsión propia que rodaban lentamente e
iban llenos de hortalizas, frutas y otras cosas. A
cada momento pregonaban sus mercancías. Uno de
ellos se paró delante de Alan y le dirigió una mi‐
rada implorante. Era hombre de pequeña estatura,
iba mal trajeado, y en su cara, que llevaba sucia,
mostraba una roja cicatriz en la mejilla izquierda.
—¡Muchacho! —dijo, y hablaba farfullando—.
Cómprame algo, muchacho.
Alan lo miró con asombro. El vendedor cogió
una cosa de color amarillo y, poniéndola casi debajo
de las narices del mozo, dijo:
—Recréate el paladar con esto. Está recién co‐
gido y tiene un gusto riquísimo. No te cobraré más
que medio crédito (1).
El chico echó mano al bolsillo y sacó una mo‐
neda de medio crédito. Le habían dado algunas
piezas de esas en la Administración del Recinto.
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