Page 71 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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quería  armar  escándalo,  pero  tampoco  quería  que

              se  mofaran  de  él  los  terrícolas.  Probó  el  plátano  y

              encontró agradable su sabor. Sin hacer caso de los


              gritos y la rechifla de aquella gente mal educada, se

              lo acabó de comer.

                   —Ya  sabe  el  astronauta  cómo  se  come  un  plá‐


              tano —dijo entonces el vendedor—. ¿Quieres otro?

                   —No quiero más.


                   —¿No  te  ha  gustado?  ¿No  te  gustan  las  cosas

              buenas que tenemos en la Tierra? Claro, no se hizo

              la miel para la boca de los asnos, y los asnos son…


              los astronautas. ¡Ja, ja!

                   —Vámonos de aquí — dijo Rata en voz baja.


                   Era  un  buen  consejo.  Aquella  gente  lo  acosaba

              como una traílla de galgos que persiguen a una lie‐

              bre.  Alan  movió  el  hombro  para  dar  a  entender  a


              Rata que estaba dispuesto a seguir su consejo.

                   —Cómprame otro — volvió a decir el pesado y

              terco vendedor.


                   —Ya te he dicho que no. ¡Déjame en paz!

                   No  se  movió  nadie.  El  vendedor  y  su  vehículo

              impedían el paso a Alan.


                   —Déjame pasar.

                   Alan  cogió  la  piel del  plátano que  se  había  co‐


              mido y se la tiró a la cara al vendedor, diciendo:

                   —Masca esto un rato.



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