Page 534 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
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Pepper aprovechó que le hubiera dado pie.
—Ah, qué mal —dijo, esforzándose por mantener el
tono de voz calmado—. Me quedaré contigo.
Tak asintió.
—Sin problema —dijo—. Venid a buscarnos cuando
te sientas mejor.
Los alienígenas se marcharon. Sidra los siguió tras
echar una ojeada rápida hacia atrás. Azul se sentó en
el banco. Pepper casi desfallece encima.
Su mano esperaba, y él la apretó con fuerza.
—¿Estás bien? —dijo en voz baja.
—Sí —dijo—. Es decir, me cuesta respirar y quiero
vomitar todo lo que he comido, pero quitando eso, sí,
genial. —Pasó el pulgar por la punta de los dedos de
la otra mano, una a una, y vuelta a empezar, una vez
tras otra—. Hay treinta y siete cámaras en el camino
que hemos recorrido. El pedestal del núcleo es
demasiado grande para cargar con él sin que se note,
así que voy a tener que hackear algún empalme para
freír sus retransmisiones. O apagarlas un rato
mientras nos largamos.
—¿No puedes c‐coger el núcleo sin más? ¿Por qué
todo el pedestal?
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