Page 1056 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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Castelar no malgastó el tiempo acabando con él. El
español arrancó el casco de la cabeza de Tamberly. Cayó
al suelo. La totalidad del espíritu le llegó al americano
como un rayo de sol.
—¡Salgamos de aquí! —rugió Castelar—. Ese caballo
hechizado de ahí fuera…
Tamberly se puso en pie tambaleándose. Las rodillas
apenas lo sostenían. El brazo libre de Castelar le dio
apoyo. Salieron al exterior. El cronociclo esperaba.
Tamberly se situó en el asiento delantero, Castelar saltó
detrás. En la entrada del patio apareció un hombre de
negro. Gritó y tendió el brazo para coger el arma.
Tamberly activó la consola.
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