Page 781 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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ella se presentó. Su atuendo era blanco como la luna,
adornado con pelaje oscuro, y sobre el pecho relucía un
collar de ámbar. El viento producía ondas en su falda y
su capa se agitaba como grandes alas. ¿Quién sabía qué
pensamientos se cobijaban bajo la capucha? Levantó los
brazos, anillos de oro se cerraban a su alrededor como
serpientes, y todas las lanzas se inclinaron por ella.
Heidhin, que había preparado el verraco, estaba más
cerca del fuego, apartado de los otros. Sacó el cuchillo, se
llevó la hoja a los labios, lo volvió a guardar.
—Bienvenida, nuestra dama —la saludó—.
Contempla, hemos venido como ordenaste, los que
hablan al pueblo, para que a través de ti los dioses les
hablen a ellos. Si es tu deseo.
Edh bajo las manos. Aunque no habló alto, su voz se
impuso al ruido de la noche. Más que Heidhin, mantuvo
un tono desigual, subidas y bajadas como las olas que
golpean una costa lejana. Quizá a eso se debía un poco de
la grandeza que siempre la rodeaba.
—Escuchadme, hijos de Brucht, porque grandes son
mis noticias. La espada está en alto, los lobos y los cuervos
comen bien, las brujas de Nerha vuelan con libertad.
¡Salud a los héroes!
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