Page 779 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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                 El invierno trajo lluvia, nieve, lluvia otra vez, azotada


           por  vientos  crueles,  un  clima  que  continuó  hasta  la

           primavera. Los ríos corrían por los barrancos, los prados

           se  inundaban,  los  pantanos  rebosaban.  Los  hombres

           repartían el grano que tenían almacenado, mataban más


           ganado tembloroso y apiñado del que habían deseado,

           iban a cazar más a menudo y conseguían menos piezas

           que  antes.  Se  preguntaban  si  los  dioses  se  habrían


           cansado  de  la  sequía  del  año  anterior  pero  no  de

           desgarrar la tierra.



                 Quizá fue un signo de esperanza que la noche en que

           los brúcteros se encontraron en su lugar sagrado fuese

           clara,  aunque  fría.  Retazos  de  nubes  corrían  al  viento,


           blancas como fantasmas al lado de la luna que se movía

           entre ellas. Unas pocas estrellas parpadeaban. Los árboles

           eran enormes oscuridades, sin forma excepto donde las


           ramas  se  elevaban  casi  desnudas  hacia  el  cielo.  Sus

           sonidos eran como una lengua desconocida, respuestas a

           los gemidos y gruñidos del viento.



                 El fuego rugía. Las llamas saltaban rojas y amarillas

           del  corazón  blanco.  Las  chispas  subían  a  lo  alto  para



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