Page 795 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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Clásico. No es que hubiesen podido soportar un ataque
directo, como habían hecho una y otra vez al comienzo
del asedio. El bloqueo los había obligado a comer hierba
y las cucarachas que un hombre pudiese atrapar.
La escolta era nominal: un puñado de compañeros
galos, bien alimentados y vestidos, soldados ellos mismos
antes de convertirse en seguidores de Clásico y sus
colegas. Otros hombres vigilaban los carros tirados por
bueyes que iban más atrás, cargados con despojos. Ésos
eran germanos, algunos veteranos de la legión que
mandaban a montañeses armados con lanzas, hachas y
espadas largas. Era evidente que Claudio Civilis —
Burhmund el Bátavo— tenía una fe muy limitada en sus
asociados celtas.
Frunció el ceño. Era una hombre grande, de rasgos
toscos, el ojo izquierdo ciego y lechoso por una infección
del pasado, el derecho de un azul frío. Después de
renegar de Roma se había dejado crecer la barba,
mechones castaños con canas, como su pelo, también sin
cortar, teñido de rojo al estilo bárbaro. Pero sobre el
cuerpo llevaba una cota, un casco romano en la cabeza, y
colgada de la cadera una espada de legionario diseñada
para clavar, no para cortar.
—Me llevaría todo el día hablar de Wael‐Edh…
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