Page 939 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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                 70 D.C.



                 El  sol  acababa  de  ponerse,  las  nubes  eran  rojas  y


           doradas al oeste, al este el cielo se oscurecía a medida que

           la noche se alzaba como una ola sobre la naturaleza. La

           luz  se  rezagó  en  lo  alto  de  una  colina  desnuda  de  la


           Germania  central,  pero  la  hierba  ya  estaba  llena  de

           sombras y el calor escapaba del aire.



                 Después de encargarse de los caballos, Janne Floris se

           agachó en la zona frente a los dos refugios y empezó a

           recoger  madera  para  el  fuego.  Algo  quedaba,  roto  y


           apilado, de la última vez que los agentes de la Patrulla

           habían usado aquella zona, un día antes si se contaban

           por  los  giros  del  planeta.  Una  ráfaga  y  un  golpe  la


           hicieron levantar. Everard bajó del vehículo.


                 —¿Por qué has…? Te esperaba antes —dijo ella, con


           cierta timidez.



                 Él encogió los anchos hombros.



                 —Pensé  que  tú  podrías  ocuparte  de  las  tareas  del

           campamento  mientras  yo  me  ocupaba  de  las  mías  —

           contestó—. Y el anochecer es un punto lógico de retorno.

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