Page 934 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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sacó el cuchillo. Quizá pretendía matarla, quizá sólo fuese
un reflejo defensivo. No importaba. Un rayo de energía
color zafiro le golpeó la boca. Cayó a sus pies. De un
agujero en la base del cráneo salía el humo de su cerebro.
Floris hizo girar el ciclo. Situada a la altura de un
hombre, disparó al que estaba más cerca. Herido en el
vientre, gimió y pataleó sobre la hierba, para Everard
como un escarabajo al que hubiesen dado la vuelta. Floris
persiguió a un tercero y lo derribó con limpieza. Entonces
se detuvo, inmóvil sobre la silla durante un minuto. El
sudor se le mezclaba con las lágrimas en la cara, tan fría
como sus manos.
De pronto respiró profundamente. Guardó la pistola
y, con suavidad, descendió al lado de Edh.
Lo hecho, hecho está, pensó Everard. Con rapidez,
consideró las opciones. Presas de un pánico ciego, los
marineros supervivientes corrían por la playa o en
dirección a los bosques. Dos que conservaban la cabeza se
habían alejado y nadaban en dirección a la nave, donde
bullía el horror. El patrullero se mordió el labio hasta que
le salió sangre.
—Bueno —dijo en voz alta y monótona. Con saltos
por el espacio y puntería precisa mató a todos los que
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