Page 338 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
P. 338

—Odio ser el malo de la película, pero tu hermano


          tiene  razón  —dijo  Jenks—.  Ponte  implantes

          demasiado  pronto  y  acabarás  hecha  un  desastre.


          Conocí a un tipo que se puso un conector cerebral a


          los quince. Al crecer, la espina dorsal se estiró, y la


          interfaz se fue al carajo. Tuvo que volver a instalarse

          todo  de  nuevo.  El  idiota  chapucero  que  le  hizo  el


          apaño no sabía lo que hacía, y el pobre chaval acabó


          con  una  infección  en  la  médula  espinal  que  casi  lo

          mata.  Le  tuvieron  que  reemplazar  las  cuatro


          extremidades  solo  para  que  pudiera  volver  a


          moverse.



          —¿Quién cojones le pone un conector cerebral a un

          crío de esa edad? —exclamó Oso.



          —Deja de moverte —ordenó Kizzy.



          Oso gruñó.



          —Ember,  en  serio,  si  alguna  vez  te  cruzas  con  un


          modificador que instala implantes en jóvenes, corre

          como si te fuera la vida en ello. Modificar no se trata


          tan  solo  de  coserte  tec  molona,  sino  de  crear  un


          equilibrio entre lo sintético y lo orgánico. Si no tienes


          cuidado con el bienestar de lo orgánico, entonces…

          ¡Ay! —gritó cuando Kizzy le tiró del pelo.



          —No. Te. Muevas.



          —Lo  sé  —le  dijo  Ember  a  Oso—.  Ahórrame  los


          tópicos.












                                                                                                            337
   333   334   335   336   337   338   339   340   341   342   343