Page 335 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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sílabas siseantes. Por las carcajadas, Rosemary
interpretó que la conversación era buena.
Los hermanos modificados estaban igual de
contentos.
—No se puede hacer nada con un enjambre —dijo
Nib—. No queda más remedio que pasar un día o dos
más con nuestros amigos.
Los hermanos trataban la miasma de insectos que
vomitaban huevas, mordían y destrozaban como si
fueran unas vacaciones. Ember y Kizzy sacaron una
caja de kick casero del sótano (como casi todo en
Grillo, lo había hecho un vecino). Oso asaba la presa
de Ember bajo la seguridad del escudo. Era una
escena extraña: un hombre vestido con un delantal
que marinaba el espetón mientras unas bestias
babosas se estampaban con rabia contra la chispeante
burbuja de energía sobre él. Los bichos no parecían
amedrentados por la cabeza del grillalacrán ensartada
junto a la puerta.
Al principio, Rosemary se sintió incómoda al estar
atrapada en el hogar de los modificados, y no solo por
el enjambre de fuera. Kizzy y Jenks eran buenos
amigos de aquella familia, pero Rosemary era la que
no encajaba. La idea de imponer su presencia a unos
desconocidos durante un día o dos (comiéndose su
comida, durmiendo en un sofá desastrado,
escuchando bromas personales) le resultaba
embarazosa. Pero la simpatía de los hermanos le
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