Page 31 - En los muros de Eryx - H.P. Lovecraft
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tanto,  era  mejor  no  intentarlo,  a  menos  que


               encontrara  la  forma  de  dejar  un  rastro  visible


               detrás de mí. Cómo dejar ese rastro, era todo un


               problema;  de  modo  que  me  devané  los  sesos


               buscando una solución. No llevaba nada encima


               que pudiera dejar a manera de señal, ni materia


               qué pudiera esparcir, o subdividir y distribuir.








               La pluma no dejaba huella alguna sobre el muro


               invisible,  y  no  podía  dejar  como  rastro  mis


               preciosas tabletas alimenticias. Aunque hubiese



               querido desprenderme de ellas, no habrían sido


               suficientes…                      Además,                    los            pequeños


               comprimidos  habrían desaparecido  en seguida,


               hundiéndose en el barro acuoso.







               Me registré los bolsillos por si llevaba encima un



               anticuado cuaderno —que a menudo empleamos


               extraoficialmente  en  Venus,  a  pesar  del  rápido


               deterioro  del  papel  en  la  atmósfera  de  este


               planeta—,  a  fin  de  arrancarle  las  páginas  y


               esparcirlas,                  pero             no           tenía            ninguno.


               Evidentemente,  era  imposible  romper  el  fino  y


               resistente  metal  de  este  rollo  de  notas



               indestructible,  y  mi  indumentaria  no  ofrecía


               tampoco  posibilidad  alguna.  En  la  peculiar





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